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23 mayo 2014

los SSD a la orden del dia

Hoy día, con la llegada de los discos SSD podemos decir que ha llegado un paso muy significativo en los ordenadores, similar al que pudo ser en su día el paso a las gráficas aceleradoras 3D.

No vamos a entrar a explicar lo que es un disco SSD, ya que de eso ya hable hace tiempo.


Lo más significativo de esta tecnología en la práctica es que tanto a nivel casero como empresarial es la solución ideal en la ampliación de nuestro PC, la que más vamos a notar y la que va a dar una segunda vida a nuestro equipo.

Todo aquel que disponga de una placa base son soporte SATA, es el siguiente paso que debe dar si quiere hacer una ampliación notable en velocidad a su equipo.


Aunque hoy día sigue resultando un disco de mayor precio respecto a la capacidad que nos ofrece, pero un coste aun así para muchos asumible, en comparación con los discos mecánicos. Hablamos de que un disco de entre 500GB y 1TB mecánico nos puede costar entre 45-55€ y un SSD de 128GB sobre 60-65€.


Lo que realmente lo hace especial, si se le sabe hacer un buen uso, es su velocidad tanto de lectura como de escritura respecto a los discos mecánicos. Conseguiremos que nuestro sistema operativo arranque más rápido y notaremos una mejoría general en la velocidad del ordenador.


La forma de operar a la hora de colocar un disco SSD, no sería sustituirlo por el disco mecánico, sino más bien convivirá con él, es decir, usaremos el disco SSD para instalar el sistema operativo y algunos de los programas de uso cotidiano, y el disco mecánico como almacenamiento de los datos (datos grandes de programas, fotos, videos, imágenes, documentos, etc), ya que debido a su poca capacidad enseguida lo llenaríamos y eso haría que el ordenador se ralentizara, ya que lo recomendable en un disco de sistema es que tenga alrededor del 20% de su espacio total libre.


Para muchos usuarios esto puede ser un gran problema, ya que están acostumbrados al uso de datos en un único disco y no saben gestionar este método de trabajo, pero para este modo de trabajo existe un modo de operar seria, nada más acabar de instalar el sistema operativo, por ej. hablando de Windows, cambiar la ruta de almacenaje de “Mis documentos”, “descargas”, guardado de datos de programas, etc. Esto para alguien que controle un poco de este sistema es fácil, y sino hoy día, con toda la información que tenemos en internet es muy fácil de lograr. De este modo conseguiremos que esa persona no se vea afectada por el cambio de capacidad del disco y siga trabajando con el PC como está acostumbrado.


Muy importante es también, siguiendo hablando del tema de capacidad, es tener en cuenta que funciones de Windows como el restaurador de sistema, con el tiempo también van consumiendo espacio en el disco duro…

Otros “pros” de estos discos, es la bajada de consumo, ya que no tienen motor como los discos mecánicos, y el ruido, que por el mismo hecho de no integrar un motor, no pasará lo que les pasa a muchos discos mecánicos con el tiempo, que se vuelven muy ruidosos. 


Para los que trabajan con discos duros a menudo también habrán notado otra ventaja más, y es la robusted, es decir, a la hora de que se pueda golpear este tipo de discos, es menos probable que se dañe respecto a un disco mecánico, tanto en funcionamiento como en estado de reposo.


El último factor del que hablaremos a la hora de adquirir un SSD o que por lo menos debemos conocer, es que igual que los discos mecánicos o que cualquier componente informático existen de varias calidades y capacidades, centrándonos en la velocidad debemos saber que podemos encontrar discos SSD de una velocidad tanto de lectura y escritura de unos 400Mb/s hasta algo más de 500Mb/s, comúnmente. Pero aun montando el disco SSD más lento supera por mucha la velocidad del disco más rápido mecánico que rondan los 100-140Mb/s (lo que no significa que notaremos una mejoria de x4 en la velocidad general de nuestro equipo...).


En resumen podemos decir, que pese a su “elevado” coste, y su baja capacidad, el disco SSD es uno de los componentes clave tanto en la adquisición de un ordenador nuevo, como en la ampliación de un ordenador “antiguo”.

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