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29 mayo 2014

REDES: La tarjeta ethernet


LA TARJETA DE RED / Ethernet (NIC) / RJ-45

(Nos centraremos en la tecnología que se usa hoy día, ya que antiguamente existían con otros interfaces y conectores que no mencionaremos.)

Es un componente, normalmente interno del ordenador, aunque existe también en versión USB o PC Card para notebook.

También la podemos encontrar con el nombre de NIC (network interface card= tarjeta de interfaz de red).

Utiliza un conector del tipo RJ-45.

Hoy día la encontramos integrada en el 100% de las placas base (incluso existen modelos de estas que integran más de una), pero también la podemos adquirir como componente individual para posibles reparaciones o ampliaciones.

Su misión es la de comunicarse con otros dispositivos externos al PC que estamos manejando, como puede ser un router para acceso a internet, un switch para acceso a una red de ordenadores, un dispositivo multimedia para el acceso a videos, imágenes, etc.
La tarjeta de red trabaja como emisor-receptor, y necesita por lo menos otra en otro punto que dialogue con ella para que exista una comunicación propiamente dicha. Esta transmisión de los datos se hace a través de cable de par trenzado, del que podemos encontrar de varios tipos (UTP y FTP normalmente) y categorías, siendo hoy día el más utilizado el de categoría 5e, aunque cada día es más habitual el de categoría 6a.

A veces algunos pueden confundir un cable del tipo RJ-45 con el cable telefónico (RJ-11) o viceversa, en esta imagen tenemos una diferencia visual de ambos cables (el grande es el RJ-45):
La interfaz de conexión en el caso de las que son tarjetas propiamente dichas, y van “pinchadas” en la placa base, son PCI y PCI-E.

Hoy día podemos adquirir tarjetas de red que soportan una velocidad de hasta 1Gbs (1000Mbps), pero son compatibles con las velocidades de 100Mbps y 10Mbps (por eso algunas veces las podemos encontrar denominadas como tarjetas 10/100/1000), y se comunican con los otros dispositivos adaptando su velocidad a la del receptor de forma automática. Siguen existiendo de todos modos en el mercado las llamadas tarjetas de red 10/100.

El Megabit es la unidad que se utiliza para nombrar la velocidad de transmisión, que no debemos confundir con el Megabyte que se utiliza comúnmente como medida de cantidad de memoria. Véase que la diferencia en las abreviaturas está en que la “b” sea minúscula o mayúscula: 

MB=Megabyte  / Mb=Megabit

1 byte = 8 bits

Megabit por segundo = Mbps, Mbit/s o Mb/s

Dicho esto a la hora de conectar un ordenador a un modem-router con acceso a internet si usamos una tarjeta antigua de 10Mbs ese será el máximo que podríamos alcanzar en nuestra conexión de Internet aunque tuviésemos una conexión de por ej. 15Mb, por lo tanto para una conexión como esta los recomendable es por lo menos una tarjeta de red que soporte 100Mbps. Del mismo modo si tenemos una conexión de fibra de por ej. 100Mb, una tarjeta de 100Mbps se nos queda corta (ya que esa velocidad es el máximo que puede llegar a alcanzar y que no siempre es capaz de hacerlo) y lo recomendable sería una tarjeta de 1000Mbps o comúnmente llamada Gigabit (1Gbs).

Todas las tarjetas de red tiene lo que se llama una dirección MAC (media access control), que es única en cada una de ellas, es similar al bastidor de un automóvil, la identifica y no existe otra igual, se le da también el nombre de dirección física.

La podremos encontrar normalmente junto al número de serie de la tarjeta y en las Ethernet integradas en placas base, dentro de la bios de esta.

Comúnmente esta MAC se suele utilizar para restringir el acceso a una red a determinados dispositivos, ya que suele ser uno de los métodos más eficaces.
en post posteriores hablare del resto de dispositivos de red como tarjetas de red wifi, AP, switch, routers y PLC.

23 mayo 2014

los SSD a la orden del dia

Hoy día, con la llegada de los discos SSD podemos decir que ha llegado un paso muy significativo en los ordenadores, similar al que pudo ser en su día el paso a las gráficas aceleradoras 3D.

No vamos a entrar a explicar lo que es un disco SSD, ya que de eso ya hable hace tiempo.


Lo más significativo de esta tecnología en la práctica es que tanto a nivel casero como empresarial es la solución ideal en la ampliación de nuestro PC, la que más vamos a notar y la que va a dar una segunda vida a nuestro equipo.

Todo aquel que disponga de una placa base son soporte SATA, es el siguiente paso que debe dar si quiere hacer una ampliación notable en velocidad a su equipo.


Aunque hoy día sigue resultando un disco de mayor precio respecto a la capacidad que nos ofrece, pero un coste aun así para muchos asumible, en comparación con los discos mecánicos. Hablamos de que un disco de entre 500GB y 1TB mecánico nos puede costar entre 45-55€ y un SSD de 128GB sobre 60-65€.


Lo que realmente lo hace especial, si se le sabe hacer un buen uso, es su velocidad tanto de lectura como de escritura respecto a los discos mecánicos. Conseguiremos que nuestro sistema operativo arranque más rápido y notaremos una mejoría general en la velocidad del ordenador.


La forma de operar a la hora de colocar un disco SSD, no sería sustituirlo por el disco mecánico, sino más bien convivirá con él, es decir, usaremos el disco SSD para instalar el sistema operativo y algunos de los programas de uso cotidiano, y el disco mecánico como almacenamiento de los datos (datos grandes de programas, fotos, videos, imágenes, documentos, etc), ya que debido a su poca capacidad enseguida lo llenaríamos y eso haría que el ordenador se ralentizara, ya que lo recomendable en un disco de sistema es que tenga alrededor del 20% de su espacio total libre.


Para muchos usuarios esto puede ser un gran problema, ya que están acostumbrados al uso de datos en un único disco y no saben gestionar este método de trabajo, pero para este modo de trabajo existe un modo de operar seria, nada más acabar de instalar el sistema operativo, por ej. hablando de Windows, cambiar la ruta de almacenaje de “Mis documentos”, “descargas”, guardado de datos de programas, etc. Esto para alguien que controle un poco de este sistema es fácil, y sino hoy día, con toda la información que tenemos en internet es muy fácil de lograr. De este modo conseguiremos que esa persona no se vea afectada por el cambio de capacidad del disco y siga trabajando con el PC como está acostumbrado.


Muy importante es también, siguiendo hablando del tema de capacidad, es tener en cuenta que funciones de Windows como el restaurador de sistema, con el tiempo también van consumiendo espacio en el disco duro…

Otros “pros” de estos discos, es la bajada de consumo, ya que no tienen motor como los discos mecánicos, y el ruido, que por el mismo hecho de no integrar un motor, no pasará lo que les pasa a muchos discos mecánicos con el tiempo, que se vuelven muy ruidosos. 


Para los que trabajan con discos duros a menudo también habrán notado otra ventaja más, y es la robusted, es decir, a la hora de que se pueda golpear este tipo de discos, es menos probable que se dañe respecto a un disco mecánico, tanto en funcionamiento como en estado de reposo.


El último factor del que hablaremos a la hora de adquirir un SSD o que por lo menos debemos conocer, es que igual que los discos mecánicos o que cualquier componente informático existen de varias calidades y capacidades, centrándonos en la velocidad debemos saber que podemos encontrar discos SSD de una velocidad tanto de lectura y escritura de unos 400Mb/s hasta algo más de 500Mb/s, comúnmente. Pero aun montando el disco SSD más lento supera por mucha la velocidad del disco más rápido mecánico que rondan los 100-140Mb/s (lo que no significa que notaremos una mejoria de x4 en la velocidad general de nuestro equipo...).


En resumen podemos decir, que pese a su “elevado” coste, y su baja capacidad, el disco SSD es uno de los componentes clave tanto en la adquisición de un ordenador nuevo, como en la ampliación de un ordenador “antiguo”.